jueves, 26 de febrero de 2015

El cuento del aceite de oliva

              Érase una vez una semilla de olivo que viajó miles de kilómetros empujada por el viento. Atravesó mares, sobrevoló montañas y ríos... hasta que un día, el viento paró. La semilla cayó en el suelo húmedo y fértil de un bonito Valle. Allí nació el primer olivo. De este olivo nacieron sus primeros frutos: las aceitunas.
Los viejos libros cuentan que pronto el hombre aprendió a extraer aceite de las aceitunas que recolectaba cada año. Pero además también aprendió a usar el aceite para encender sus lámparas, para cuidar la piel... pero sobre todo, sobre todo... para usarlo como alimento.
Como les gustaba además comer siempre con su aceite de oliva allá donde fueran, lo transportaban en unas grandes vasijas de barro llamadas ánforas.
Y ¿Qué creéis que se hace luego? Pues limpiarlas. Se separan las hojas, los tallos... se mira que no tengan polvo... y a veces se les da un lavadito con agua. A continuación pasamos a la molienda, que consiste en aplastar las aceitunas con unos molinos para poder sacarles el aceite.
De esta forma se consigue una pasta de aceituna. Pero todavía no hemos separado el aceite. Para separar el aceite centrifugamos la pasta. Que no es otra cosa que meterlo todo en una máquina que, igual que una lavadora, da vueltas a toda velocidad y conseguimos separar el aceite, que pesa menos, del resto de la pasta que es mucho más pesado.
Y amigos... ¡ya tenemos el aceite! Como veis el aceite de oliva virgen que se obtiene mediante este proceso es auténtico zumo de aceituna. Lo metemos en botellas... y directo hasta vuestras casas, ensaladas, frituras y muuuuucho más.
En España, el aceite es todo un símbolo. Es uno de los elementos más importantes de nuestra dieta mediterránea. Lo utilizamos para desayunar, comer y cenar... claro es que está riquiiiiisimo. Hay mucha gente que se lo come con un trocito de pan.
Pero lo curioso de esta historia... es que en España como hay días de mucho viento... la semilla viajó por toooodo el territorio. Y hoy en día si os fijáis al viajar... os daréis cuenta de que hay olivos por todas partes.
Hay variedades para todos los gustos: picual, hojiblanca, arbequina y muchos más...
Está rico de cualquier forma... en las ensaladas, con un chorrito en los bocadillos, frito con carne, pescado, pollo... ummmmmm,,, ¡me está entrando hambre a mi también!
Así que ya sabéis niños... si queréis comer sano y crecer fuertes, no olvidéis usar siempre aceite de oliva porque, además, está para chuparse los dedos.
Y fueron felices... y comieron...
Con aceite de oliva

No hay comentarios:

Publicar un comentario